Todo indicaba que iba a poder parir, sin embargo a último momento tuve una cesárea. Finalmente no iba a poder parir.
Mi obsesión por hacer todo bien, por supuesto nunca logrado ya que la perfección no existe, me había llevado a practicar ejercicios de pujo y de respiración que había aprendido en el Curso de Pre-Parto.
¿Para qué tanta práctica?
Gran error… el saber manejar mejor la respiración me ayudó mucho a sentirme mejor, a relajarme.
Por otro lado y pensando en la prioridad que es que el bienestar y lo mejor para la salud del bebé, ¿es tan terrible tener una cesárea y no un parto vaginal?
El ser mamá se va construyendo como cualquier vínculo. La diferencia con otros, es que ésta es una relación netamente amorosa, cercana, profunda, y que nada lo asemeja.
No va a marcar la viculación madre/hijo la manera en como uno ha nacido. El maternar no tiene relación con eso, sino está estrechamente ligado al contener, sostener, cuidar, proteger, cobijar, en definitiva estar, estar cerca e ir delineando y haciendo el camino, junto con el bebé, al andar.