En la manera de lo posible, si podés elegir el/la pediatra de tu bebé, es ideal poder tener una entrevista prenatal con el profesional.
Es el mejor momento, antes del nacimiento, conocer a quien va a atender y controlar la salud de tu hijo. Su forma de trabajo, como maneja las urgencias, si te permite ubicarlo el fin de semana, sacarte dudas acerca del cuidado del bebé, lactancia, limpieza del cordón umbilical, entre otras.
Para saber a quién elegir, una buena opción es consultar a gente cercana como: amigas, familia, compañeros de trabajo y hasta nuestro obstetra.
Sin embargo, es importante tener en cuenta, que no siempre podemos llevarnos la misma impresión que el otro, aunque nuestra mejor amiga sea quien ha dado el recomendado.
La empatía con el pediatra es de los puntos más importantes. Es un profesional al que vamos a tener que consultar muy a menudo, en especial cuando son chiquitos, y por ende es elemental sentirnos cómodas, y en confianza para preguntar dudas y pedir consejos.
Si una vez elegido no te termina de convencer, es conveniente que cambies de profesional.